La prostitución judicial del Tribunal Constitucional de Cándido Conde Pumpido, Carlos Magdalena

La lógica, la ética, la seguridad jurídica, la moral, todos esos conceptos y más que inspiran la democracia se han desmoronado con el borrador de la sentencia del Constitucional de Pumpido. Se han quebrado al avalar una amnistía irracional a unos delincuentes condenados por el Tribunal Supremo. Ya sólo queda el final de Pedro Sánchez Pérez Castejón y el recurso al Tribunal de Justicia Europeo.
 

Viendo la composición del Tribunal Constitucional no me esperaba otro resultado dada la deriva que ha tomado este país. Y ahora viene la máxima que estudié estando en Barcelona en la Facultad de Derecho cuando un catedrático de impresionante trayectoria que nos impartía la asignatura de derecho penal, Pérez Vitoria, nos dijo en una mañana soleada donde había que madrugar para oír sus lecciones magistrales para coger sitio, y que se ratifica con esta  próxima sentencia del TC, que algunos jueces ponen el "estima o desestima" con antelación incluso a ser leído el escrito para después hacer el relleno de la sentencia. Es decir al revés de lo debido.
 

El TC de Pumpido, su amanuense la magistrada sanchista del TC Inmaculada Montalban, cumplen a rajatabla las instrucciones de su jefe Candido que de cándido tiene muy poco, no se ha recatado ni un ápice, ha entrado al trapo y va a hacer lo que le manda quien le nombró, Sánchez. Va a declarar constitucional la amnistía. Y la amnistía es inconstitucional se mire por donde se mire, pero eso no importa.
La derrota va a seguir su camino y ahora nos tiran a la cara un borrador para irnos preparando, o ¿nos tiran una prevaricación? En efecto es un borrador para que los ciudadanos, las asociaciones, el propio Tribunal Supremo que condenó y que empleó dos años en dictar una sentencia impoluta, todo, todo, se vaya al garete.
Me gusta lo que ha dicho el ala conservador del TC que sólo son juristas: "estos señores creen que los que hicieron la Constitución española eran tontos"
Cándido Pumpido se ha pasado de frenada y se le han visto las enaguas, un triste  final a su brillante carrera de jurista reconocido hasta que fue atrapado por las garras de Sánchez. Un Sánchez que pretende ser un califa acaparando en su persona el poder político, el judicial y casi el religioso porque solamente el que le adora permanece. Amén