¡Es la sucesión de Revilla malditos!, no los Presupuestos Generales de Cantabria. Carlos Magdalena
Los PGC de Cantabria son la excusa. Siempre hemos dicho desde este diario digital que en la sucesión de Miguel Ángel Revilla se empezó por el tejado y no como se debe de empezar, por el militante y por un Congreso. De aquellos polvos estos lodos.
Los PGC de Cantabria son la excusa. Siempre hemos dicho desde este diario digital que en la sucesión de Miguel Ángel Revilla se empezó por el tejado y no como se debe de empezar, por el militante y por un Congreso. De aquellos polvos estos lodos.
Y así se ha producido la primera explosión, aunque ahora se consiga aplacar a las huestes en la comida navideña, porque el problema sigue siendo el mismo con la representatividad y las elecciones que se produjeron de las cuasi élites para encumbrar a Paula Fernández.
Las unanimidades y aplausos de las comilonas son pan para hoy y hambre para mañana. Ya no estamos en el siglo pasado y en las unanimidad y brazo en alto. Hay ahora demasiadas avispas que revolotean por el partido, que no sucedía cuando imponía su ley la reina madre, Miguel Ángel Revilla.
Ahora hay una bicefalia, Fernández y Hernando de facto. Todo esto que ocurre y va a seguir a pesar de los discursos y aplausos no ocurriría si se hubiese pactado con el PP. Sí, estaría solucionado como dijimos en su día habiendo contando con el gobierno de Maria Buruaga uno o dos consejeros, formando parte de un pacto de legislatura de palabra, pero eso de la palabra entre políticos no es fiable aunque al menos habría que haberlo intentado.
Ahora más que nunca el partido de Revilla está disperso y con las espadas desenvainadas u ocultas al estilo Marco Bruto, y aunque un concejal del Ayuntamiento de Santander dijo: ¿por qué no Revilla en la elecciones del 27? No Revilla se tenía que haber ido cuando ganó las elecciones preparando las elecciones siguientes que acabaron como el rosario de la aurora con el gran lío de Obras Públicas y con homenajes sin sentido e impropios. Repito, fue en aquel momento cuando Revilla tenía que haberse marchado. Tenía que haber puesto las de Villa Diego en plan triunfador. Lo hemos dicho muchas veces ahora y sobre todo en el pasado pero parece que cuando se está zambullido en vino y rosas se olvida uno de la realidad, del sentido común y del bien general del partido. Cantabria necesita un partido regionalista, un tercer partido fuerte, pero no es el que está ahora con la elección de Paula Fernández escorada hacia la izquierda; en la izquierda ya está copado el espacio con Podemos, Izquierda Unida y el PSOE en horas bajas.
Al partido, todavía revilista, sólo le queda una salida, negociar pronto y rápido con María Buruaga porque si la siguen tocando los cataplines esta señora convoca elecciones y serían fácilmente las de la desaparición del partido de Revilla y el ciclo Paula Fernández se acabaría antes de empezar.
Cantabria necesita seguridad, firmeza, rigor, líderes sin personalismos ni egolatrismos, ya no sirven las manos alzadas ni las presuntas unanimidades.
A la vista de las declaraciones de la nueva líder del partido de Revilla, Paula Fernández, María Buruaga debería de convocar elecciones cuanto antes y sumarse al resto de las comunidades del PP que lo están haciendo. Y es que la única medida en democracia es convocar elecciones para que sean los ciudadanos los que decidan qué gobierno desean que les represente y gestionen la res publica.
Las 17 comunidades del Partido Popular deberían convocar elecciones dado que para Sánchez no entra dentro de sus objetivos dar voz al pueblo español. Veremos
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