Noticias de Cantabria
Opinión 28-07-2025 06:50

¿Por qué volver a hablar de la hepatitis C en 2025? Javier Crespo Médico. Consultor científico del Plan Estratégico para la Eliminación de las Hepatitis Virales.

¿Qué sentido tiene insistir en una enfermedad que, durante años, ha llenado titulares, congresos, campañas y estrategias institucionales? ¿No se supone que ya la habíamos vencido? Podría parecerlo. Pero esa percepción, tan extendida como equivocada, es precisamente la razón por la que debemos volver a hablar de ella. Porque el silencio, en este caso, no significa victoria, sino olvido.

 

¿Por qué volver a hablar de la hepatitis C en 2025? ¿Qué sentido tiene insistir en una enfermedad que, durante años, ha llenado titulares, congresos, campañas y estrategias institucionales? ¿No se supone que ya la habíamos vencido? Podría parecerlo. Pero esa percepción, tan extendida como equivocada, es precisamente la razón por la que debemos volver a hablar de ella. Porque el silencio, en este caso, no significa victoria, sino olvido. Y porque hay enfermedades que, aunque hayan desaparecido del foco mediático, siguen presentes en la vida de miles de personas. Seguir hablando de la hepatitis C es una forma de impedir que la inercia borre los avances conseguidos.

Hoy, 28 de julio, se conmemora el Día Mundial de las Hepatitis. Debería ser una jornada para celebrar el progreso, para aplaudir que contamos con tratamientos capaces de curar la hepatitis C en más del 95?% de los casos. Pero sigue siendo, ante todo, un grito de alerta. Porque, a pesar de estos avances extraordinarios, millones de personas en todo el mundo siguen conviviendo con una infección que desconocen. Muchas se diagnostican cuando ya es tarde, cuando la enfermedad ha evolucionado hacia una cirrosis, un cáncer hepático, incluso la muerte. Las cifras hablan por sí solas: más de 50 millones de personas viven hoy con una hepatitis vírica por VHC en el mundo, y cerca de 1,1 millones mueren cada año por causas que, en muchos casos, podrían haberse evitado. En pleno siglo XXI, con herramientas diagnósticas y terapéuticas sin precedentes, esta realidad es inaceptable. No podemos permitir que la hepatitis siga avanzando por las grietas de unos sistemas de salud que no detectan a tiempo lo que sí se sabe curar.

Pero también hay razones para la esperanza. Este 2025 se cumplen 10 años del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C (PEAHC) en España, una iniciativa sin precedentes que ha transformado radicalmente el curso de esta enfermedad. Concebido en un momento de gran incertidumbre, cuando el acceso a los nuevos antivirales de acción directa parecía inasumible económicamente, el PEAHC supuso un punto de inflexión en la política sanitaria de nuestro país. No solo logró facilitar el acceso universal, gratuito y equitativo a estos tratamientos, sino que estableció un modelo organizativo ejemplar basado en cuatro pilares estratégicos: la estimación precisa de la carga de enfermedad, el tratamiento sin restricciones a todos los pacientes infectados, la creación de un registro nacional de pacientes tratados y una decidida apuesta por la investigación y la innovación en diagnóstico y prevención. Gracias a este plan, España ha tratado ya a más de 170.000 personas, logrando tasas de curación superiores al 95?%, y ha reducido de forma drástica la necesidad de trasplantes hepáticos, los casos de cirrosis descompensada, la incidencia de hepatocarcinoma y la mortalidad por causas hepáticas. Las listas de espera para trasplante se han acortado, permitiendo priorizar a pacientes con otras enfermedades hepáticas graves, y la presión asistencial ha disminuido de forma muy significativa en los servicios de digestivo y hepatología. Además, el impacto económico del PEAHC ha sido igualmente notable: por cada euro invertido en tratamientos se han ahorrado varios en costes evitados por ingresos, complicaciones o discapacidad. España ha pasado así de ser uno de los países con mayor prevalencia de hepatitis C a liderar su proceso de eliminación a nivel mundial. Un logro colectivo que refleja el valor de la colaboración entre profesionales sanitarios, pacientes, administración y sociedad civil. Una historia de éxito que demuestra que, con visión estratégica, compromiso institucional y equidad en el acceso, incluso las enfermedades más complejas pueden ser vencidas. Un modelo que ya inspira a otros países y que debiera llenarnos de orgullo como sociedad.

Resulta desconcertante que, disponiendo de los medios

técnicos, humanos y terapéuticos para continuar avanzando,

         estemos dejando de utilizarlos.

Y si España es un ejemplo global, Cantabria lo ha sido dentro de nuestras fronteras. Durante años, esta comunidad ha liderado con convicción la respuesta frente al virus de la hepatitis C, convirtiéndose en un referente nacional e incluso internacional. Se desarrollaron estrategias pioneras como el cribado sistemático en los servicios de urgencias, la búsqueda activa de pacientes previamente diagnosticados y no tratados, y se promovieron rutas asistenciales rápidas y coordinadas que facilitaron el acceso al tratamiento. Gracias a la implicación de los profesionales sanitarios y a una apuesta política firme en su momento, Cantabria demostró que la microeliminación no era solo un concepto teórico, sino una realidad alcanzable. Sin embargo, ese impulso que nos llevó a estar en la vanguardia comienza a desdibujarse. En los últimos tiempos, se han paralizado iniciativas de éxito contrastado, como el cribado en urgencias, y no se han puesto en marcha otras igualmente necesarias, como el cribado oportunista en atención primaria, a pesar de haber sido contempladas en estrategias autonómicas anteriores. Resulta desconcertante que, disponiendo de los medios técnicos, humanos y terapéuticos para continuar avanzando, estemos dejando de utilizarlos. Esta parálisis no es fruto de la falta de conocimiento ni de evidencia, sino de decisiones administrativas que desdibujan lo prioritario. El riesgo es claro: perder la inercia lograda y permitir que los logros pasados se diluyan por inacción. La eliminación de la hepatitis C es una meta a nuestro alcance, pero solo será posible si retomamos con decisión el camino iniciado. Cantabria aún tiene todo para volver a liderar: profesionales comprometidos, experiencia acumulada y una red asistencial capaz de dar respuesta. Lo único que falta es una voluntad firme de volver a actuar. Y cuanto más tardemos, más difícil será recuperar el terreno perdido. No dejemos que la oportunidad histórica que tenemos se convierta en un ejemplo de lo que pudo ser y no fue. Ahora, más que nunca, debemos actuar.

¿Quieres envíar un comentario?

Comentarios(3):

- 28-07-2025

Enhorabuena por tu trabajo y muchas gracias por recordarnos que el virus se al igual que otros virus están ahí latentes y este costó la vida muchísimas personas una pena que los políticos no sean conscientes de todo lo que se vivió gracias a ti y tu equipo Cantabria fue un referente en los tratamientos del virus de así nos lo hacían saber de otras comunidades que qué suerte teníamos ánimo y no desistas

- 28-07-2025

Tenemos la gran suerte de contar con un profesional tan cualificado. Ahora falta que los responsables políticos tomen nota y pongan en práctica sus ideas

- 28-07-2025

Javier gracias por tus logros e insistencia !!! Un abrazo